Resumen de la parashá:D’s llama a Moshé a la Tienda de la Reunión y le comunica las leyes de los Korbanot, ofrendas de animales y vegeta-les traídas al Santuario. Estas incluían: la “ofrenda de elevación” (olá) que era totalmente incinerada para D’s en el fuego del altar; cinco variedades de “ofrendas vegeta-les” (minjá) preparadas con harina fina, aceite de oliva y olíbano; la “ofrenda de paz” (shlamím), cuya carne era comida por aquél que traía la ofrenda, mientras que ciertas partes eran quemadas en el Altar y otras entregadas a los Cohanim (sacerdotes); los diferentes tipos de “ofrendas de pecado” (jatat) traídas para expiar transgresiones cometidas erróneamente por el Sumo Sacerdote, la comunidad entera, el rey o un israelita común; la “ofrenda de culpa” (asham) traída por una persona que obtuvo beneficio de la propiedad del Santuario, o por quien tuvo duda de si transgredió una prohibición divina, o por quien “traicionó a D’s” a través de juramentos falsos.
Comentario: No necesariamente quien está cerca de uno, está verdaderamente cerca y quien está lejos, en verdad lo está. Fijé-monos si no, cuando nos hallamos en una sala de espera, o en un vehículo de transporte público, o en un auditorio junto a otras personas. Allí estamos muy cerca de otras personas pero…¿qué sucede? ¿Sentimos a esas personas cercanas a nosotros? Por supuesto que no. La cercanía y la distancia no siempre se mide en kilómetros. La cercanía es un concepto espiritual, es parte de nuestra vida in-terna.
No tenemos en nuestro idioma una palabra que pueda expresar el significado de los korbanot que se ofrecían en el Beit ha Mikdash. La palabra "sacrificio" implica una renuncia a algo de valor para beneficiar a otro. Pero obviamente no es el concepto, ya que D’s no puede beneficiarse con ningún "sacrificio", pues a El nada le falta. Por otra parte, el término "sacrificio" implica algo de valor, pero en verdad somos nosotros los que obtenemos al darlo, algo infinitamente más valioso que lo que ofrendamos.
La palabra "ofrenda" tampoco es exactamente adecuada, pues una ofrenda sirve generalmente para calmar o aplacar a alguien.
Por lo tanto resulta muy difícil traducir la palabra "korbán" a nuestro idioma, pues los conceptos de "sacrificio" y "ofrenda" son propios de culturas extrañas y diferentes.
En hebreo, la palabra "korbán" proviene de la misma raíz que la palabra "karov", cercano. Y es un término que se emplea en forma exclusiva para la comunicación o relación del hombre con su Creador.
Cuando en tiempos del Mishkán una persona traía un korbán, significaba que deseaba acercarse a D’s, en la seguridad de que esa cercanía es el máximo bien que existe. Todos los demás bienes no son más que meras imitaciones o falsificaciones sin ningún valor. La verdadera felicidad depende de la cercanía que uno tenga con D’s: cuando ofrendamos nuestras vidas al Creador, nos acercamos a Él, y también lo acercamos a los que nos rodean.
“Por lo tanto, hermanos, os ruego por las misericordias de D’s, que presentéis vuestros cuerpos como korbán vivo, santo, agradable a D’s, que es vuestro verdadero culto. No os conforméis a este mundo, sino transformaos por me-dio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de D’s, agradable y perfecta.” (Rom. 12:1,2).
¡Shabat Shalom!!!